Creatividad y precisión también en la elección del seguro

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Hiscox España
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Estamos ante un sector importante que en numerosas ocasiones no es consciente de los riesgos que puede correr y que necesita ser protegido, más aún, en una situación difícil como la actual.

Pongamos un ejemplo de lo que podría pasar: Una reconocida agencia de publicidad y comunicación consigue un gran cliente. Tras diferentes presentaciones, por fin, tienen el proyecto definitivo listo para su lanzamiento. Van bien de tiempo y con todo bajo control: canales de distribución on y offline listos, la campaña está preparada para su inicio. ¿Qué podría salir mal? El trabajo se imprime y se envía. Todo va perfecto hasta que llega la noticia fatídica. El cliente llama furioso porque la campaña está basada en un antiguo borrador, no en la versión final.

A pesar de la experiencia y de la profesionalidad de los trabajadores de una compañía de servicios profesionales, es común que surjan, en el desarrollo de un proyecto, fallos y desaciertos que pueden hacer a una agencia perder clientes, dinero y reputación.

Los profesionales del marketing, la comunicación y la publicidad están particularmente expuestos a reclamaciones ligadas a negligencias o errores como el ejemplo que acabamos de ver, a otros fallos aparentemente sencillos como erratas o confusiones de Pantone, o a otros más graves como la reproducción parcial o total de un diseño ya existente, una obra musical, etc.

En caso de que se den estos errores u omisiones, los daños para las agencias son tanto cuantitativos como cualitativos porque el perjuicio no es sólo económico sino que hablamos también de una posible pérdida de clientes y, por supuesto, de un daño reputacional y de imagen en el sector.